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lunes, junio 06, 2016

Un hincha de Emelec, símbolo de la tragedia en Manta

Publicado a las 7:30:00 p. m. por webmaster

Una cruz ubicada sobre los escombros del hotel Miami se ha convertido en el símbolo de una tragedia.

Una vela apagada a la mitad descansa deformada sobre un ladrillo, el mismo que sostiene la pintura de un pájaro que parece alzarse sobre los escombros del hotel Miami.

Todas las noches un hombre llega hasta los escombros, enciende una vela y luego se va. El dibujo, que la piedra sostiene para que no vuele, fue hecho por Sofía, la pequeña hija de la dueña del hotel, ahora reducido a un montón de ladrillos apilados y hierros retorcidos, en memoria de Bryan Delgado, el recepcionista de 20 años que la noche del 16 de abril perdió la vida en su puesto de trabajo.

En ese lugar se ha colocado una cruz de madera con su nombre escrito en un pedazo de cartón. Quienes pasan por allí se detienen un momento para mirar la escena como si se preguntarán qué hay detrás de ese nombre, qué historia quedó frenada para siempre.

Pocos saben que los que conocieron a Bryan lo echan de menos y lo recuerdan como un tipo sin igual y de una alegría poco vista, dueño además de una tranquilidad hecha a prueba de fuego que lo hizo amante al motociclismo y a la velocidad, pero que esa noche trágica le jugó una mala pasada.



La noche del 16 de abril, Darío Álava iba a trabajar hasta las 22h00, mientras que Bryan tenía que quedarse hasta las cinco de la mañana.

Estaba también en la recepción Carmen Bone, otra empleada del hotel, quien ya había terminado su turno pero quiso quedarse un poco más para conversar con sus compañeros.

Cuando todo empezó a temblar, Bryan les dijo sin perder la calma que no entraran en pánico, que todo iba a pasar. Fue lo último que alcanzó a decir, porque el hotel se vino abajo y luego todo fue oscuridad.

Bryan murió de hecho, porque lo llamé y nunca me contestó”, cuenta Darío con la voz entrecortada, como si le doliera recordar.

Nadie podía creer que la voz de Bryan se hubiera pagado así, en un instante. Quizás si hubiera abandonado el puesto se habría salvado, pero Bryan era demasiado valiente para hacerlo y murió como vivió: con valentía y sin perder la calma.

Mientras tanto, Carmen y Darío quedaron vivos entre los escombros, en espacios conocidos como triángulos de vida. Ambos fueron sacados de entre los escombros luego de cinco horas, pero a Carmen tuvieron que amputarle una mano.

En ese hotel murieron otras ocho personas y fueron rescatadas 11 con vida. Había 20 habitaciones ocupadas.



Bryan tenía dos grandes pasiones: Emelec y las motos. Por eso, en algunas de sus fotos en vida se lo ve con la camiseta azul eléctrico y en otras con el casco puesto.

Sus amigos lo recuerdan como el bromista del hotel y alguien que hacía sentir su ausencia.

Glenda Macías, compañera de Bryan en el hotel Miami, lo recuerda como alguien amigable, el que ponía la “sazón” al hotel.

Era muy querido, sobre todo por los huéspedes. Hay clientes de años del hotel a quienes les impactó cuando se enteraron de su muerte”, explica.

El día de la tragedia Glenda había salido unas horas antes del hotel. Luego del terremoto, un amigo taxista le dijo que el Miami había caído. Primero no lo creyó. Lo que hizo fue ir hasta Las Cumbres para comprobar que su familia estaba bien, y luego fue al hotel.

Estuvo allí desde las nueve y media de la noche hasta las nueve y media de la mañana del siguiente día, consiguiendo herramientas mientras su hermano removía escombros con la ayuda de algunos bomberos. Vio cómo sacaban a sus dos compañeros con vida, pero el cuerpo de Bryan no apareció hasta las once de la noche.

Cuando sacaron a Darío y a Carmen fue una emoción, pero yo le preguntaba a mi hermano, que estaba metido dentro de los escombros, por Bryan, y él solo me decía ‘ahí está’, pero luego al rato se salió y me dijo ‘lo siento, ñaña, él se ha ido, díselo a sus padres’; y no pude, fue horrible. Esperé a que salgan del hueco que habían abierto y me metí por allí para aceptarlo, y al verlo en la posición en que estaba me fui en llanto”, recuerda.

Entonces el padre de Bryan se metió al hueco y vio a su hijo sin vida.

El dibujo que le hizo Sofía plasmó como un renacer. Un pájaro que alza su vuelo y se dirige a un mundo mejor”, se consuela Glenda.



Amigos, familiares y conocidos han lamentado la muerte de Bryan, el mayor de tres hermanos. Algunos de ellos dejaron en evidencia su sentir poniendo en su foto de perfil de Facebook una foto de él con un lazo negro. Uno de ellos es Michael Bravo: “Gran persona, gran primo, gran amigo”, posteó.

Incluso personas que no lo conocieron han mostrado su dolor. Alma Loren, una usuaria de Facebook, conoció la historia de esta víctima del terremoto a través de la red social. “Se fue, pero sigue vivo”, publicó.

Luiggi Delgado, hermano de Bryan, lo describe como alguien “alegre, amiguero, fiel a Emelec”.

De esa pasión sabe muy bien Cristhian Fernández, un barcelonista primo de Bryan con quien apostaba en cada Clásico del Astillero.

Lo que más recuerdo eran los Clásicos. Siempre nos poníamos a discutir, ya que el defendía sus colores como yo los míos”, explica, y muestra unas fotografías del féretro de Bryan en las que aparecen de fondo camisetas y banderas de Emelec. Ahora Fernández extrañará esos días antes de los partidos y la sonrisa o la amargura luego de los cotejos.


Fuente: El Diario



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